Siempre y cuando se cumplan los principios [de autodeterminación, libertad de comercio y libertad de emigración e inmigración], las ideas de nación y nacionalidad, lejos de ser perjudiciales para el proceso de interacción social, son altamente positivas desde el punto de vista liberal, pues enriquecen, refuerzan y ahondan el proceso espontáneo y pacífico de interacción social.
Teoría del nacionalismo liberal, Estudios de Economía Política, Huerta de Soto, pág. 205.
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